jueves, 17 de febrero de 2011

semblanzas - escriben los compañeros y familiares de Héctor


Tio Chiche (Renzo Fabiani)

Empiezo el dialogo con papá, café mediante, en un bar que frecuento, para revitalizar la memoria y que no quede sólo en el recuerdo. Un día me lo pidió un amigo querido, el Negro Hector Grillo, también de profesión teatrero, que escribiéramos sobre mi tío, pero se le calló el corazón un domingo, de aquella semana en que daríamos comienzo. Compartían el mismo nombre, los dos son parte latente de mi historia y elijo llamarlos maestros. 
Tio Chiche (Hector) nació el 1-6- 1943 en Bahia Blanca, provincia de Buenos Aires
Fue un defensor a ultranza de los pobres. ‘’Tenía un corazón enorme’’, balbucea su hermano, mi viejo. Muy solidario y comprometido, dicen aquellos que no sólo lo recuerdan sino también lo nombran
Vivió casi un año con una tía que profesaba amor y compromiso por quienes mas necesitan y supo aprender los valores que le cedieron dos abnegados laburantes: mis abuelos.
En Bahia Blanca siempre estuvo relacionado con la gente de teatro e hizo allí, sus primeros aprendizajes en esta amada actividad. Se recibió de escenógrafo en Buenos Aires y se desempeñó airadamente en esa actividad, en Córdoba y en el exterior.
A la provincia mencionada llegó en 1968, a la ciudad de Rio IV. Mis padres habían residido allí unos años, como lo confirma, en diciembre de 1966, mi nacimiento. Llega con sus padres y hermano menor. Expone su arte de diseño espacial, tanto en la actividad teatral como en la decoración de interiores y con su familia crea la heladería Polichinela, que se convirtió en un hito de la ciudad.
Allí, mi padre (por  traslado laboral pasamos a residir en la ciudad de Córdoba) pierde contacto fluído con Chiche, hasta el momento en que este cae preso, en noviembre de 1970, en Buenos Aires. Lo quisieron detener en Rio IV pero como no lo encontraron, los miembros de la policía federal encargados de tal operativo, amenazaron a su hermano Roberto. Lo buscaban porque a un compañero de Chiche, posiblemente ligado a alguna agrupación política, le habían encontrado una agenda donde figuraba el nombre de mi tío, lo cual generó su persecución. Lo detuvieron en la calle Pacheco de Melo, en el centro de la ciudad capital. De allí lo trasladaron a la cárcel de Villa Devoto, junto a otros presos políticos, donde permaneció ocho meses. En el mes de mayo de 1971, mis padres pudieron verlo, cuando obtuvo la libertad condicionada. Le obligaron a emigrar a un país no limítrofe. Se fue a Perú y se encontró allí con los miembros del grupo Libre Teatro Libre de la ciudad de córdoba, en un cine, durante el intervalo.
Antes de ser apresado ya formaba parte del ERP, en lógistica. ‘’Se encargó del secuestro de un camión de leche que trasladaron a un barrio pobre’’, me cuenta mi viejo.
En Perú, con los LTL ejerció, en un primer momento el rol de productor, adelantandose a ellos para hacer gestiones en los teatros donde podían ser factibles las presentaciones.
Hicieron Perú, Ecuador y Colombia. En este pais de desempeñó como actor.
Regresaron a Chile, de allí clandestinamente a Argentina y nuevamente a Chile,  cuando se produce el derrocamiento de Salvador Allende. En ese momento unos amigos argentinos lo escondieron en un sótano por varios días y luego lo llevaron hasta la embajada sueca, que le dio la posibilidad de trasladarse a Europa. Tomó contacto con las agrupaciones de izquierda y recorrió Belgica, Alemania, Francia e Italia. En este país estuvo poco menos de un mes y nuevamente, con pasaporte falso, regresó a Argentina, ejerciendo el cargo de encargado de cultura del ERP. Residió en la ciudad de Buenos Aires, escondiéndose en distintos lugares, pero se traslada a Córdoba y tiene una última conversación con cada uno de sus hermanos entre octubre y noviembre de 1975.
Allí fue la última vez que yo lo vi, una noche, cuando mi papá abrió la puerta de calle y se abrazaron, cuando cenamos y permanecieron conversando.
Hace pocos años un compañero de teatro (Lindor Bressan), que formó parte de esa gira por Latinoamérica, se me presentó y me habló de Chiche, de que fue él quien le consiguió un pasaporte que le permitió irse del país con su mujer embarazada y salvaron, por eso, sus vidas.
Tío Chiche fue apresado en mayo de 1976, junto al escritor Haroldo Conti, en Buenos Aires. En el Vesubio, la tortura, selló su último suspiro...


Y por eso… de Renzo Fabiani

Es 24 de marzo de  1976… y por eso…la tenia saginata
Es de noche, suena el timbre. Mi viejo abre la puerta. El abrazo se hace intenso, lloran, él y su hermano lloran. Esa imagen queda en mí. Una charla, él explica no se que. Había estado en otras partes, había vuelto. Recordaba en ese momento que una vez me ayudó a cruzar la calle y una torta que había hecho.
Se fue esa misma noche, diciembre, 75.
Y el silencio, el duelo, el miedo, las palabras prohibidas y el teatro latente. Ante la pregunta de niño, el consuelo en susurro: ‘’por ahí está en un lugar muy lejos, en el extranjero’’. Y su mamá, la abuela, con el saber de las vísceras muere así, de porfiada, para encontrarlo donde sea.
Me fui enterando de algunas cosas, de a poco, que fue encargado de cultura, que estuvo de giras teatrales obligadas por otros países, de un compañero que se me presentó y me dijo que salvó por él su vida y la de su mujer embarazada y también de que alguien lo vio hospedado allí, en la inimaginable, en ese campo circundado ahora por tanta soja, en La Perla.

Carta al general
de Renzo Fabiani
Sabe qué, hace un tiempo, señor general…sólo general, lo de señor sería un despropósito… hace un tiempo, fui a Hijos y pregunté por mi familiar. En un primer momento no lo encontraban en la lista de desaparecidos, y entonces esperé, no sin desconcierto, porque si no es desaparecido ni muerto ¿que es? Sin embargo, al rato, dieron con él, con la lista donde él figura, digo. Y  ahí me di cuenta, ¿sabe de que? Que la pifiaron, ustedes, la pifiaron. Como el de bigotes, que dijo‘’no están, se esfumaron, desaparecieron’’, escabulléndose en su cuarto para escapar de esos primeros pañuelos. ¡Que cosa con ustedes! ¡Tanto aparato y tanto miedo!, ¿será que para conducir a su ejercito era imprescindible ser cobarde? Usted no se dio cuenta, por eso le explico, la palabra ‘’desaparecido’’ es un nombre que arremete con identidad y que supera la jerga: ‘’NN’’. Mientras ustedes en sus madrigueras fallecen, ellos, los heroes, en el orgullo perenne de los que les seguimos, están siempre presentes. Usted no quiere entender, no le conviene, rígido de tan cobarde cree  que es mejor aniquilar a ese chico que porta un poema, ese señor de overol y esa chica, joven y linda, que desnudará…y diluirá por mezclarse con esa gente, que a su pensar, carece de los cánones apostólicos de la patria, y hasta podrían llegar a darle su simiente.
 Debo admitir, general, que en su línea de pensamiento hay sesgos de coherencia irrefutables como cuando no muestra sentir arrepentimiento, puesto que si lo hiciera, sería como tener una pequeña cuota de hombría,  y usted no sabe ni quiere saber de eso.
Si las hienas atacan animales desvalidos o avisan a los leones para que lo hagan y las ratas se ufanan de conservar los usos y costumbres de la cloaca, sería, por lo menos, de perversos institucionalizar esas dinámicas, o escudarse con insistencia en la fantasía de una guerra, donde una tropa ansiosa por probar la efectividad de sus picanas avanza contra insurrectos que portan la artillería de su sangre y se atrincheran en camastros de frío metal, donde se aquietan sus cuerpos y  se resquebrajan sus entrañas.
Quizás prefiera no leer, ni escuchar porque siempre expreso pánico a la razón, a la emoción y a las palabras. ¿No cree que su estructura sea tan endeble, que cometa la estupidez de sobredimensionarla?  Quiso construir un cementerio amplio,  sin reparar, le aseguro, que cada cuerpo lleva un nombre, que en la búsqueda se agiganta. Los que desaparecieron, como ve,  aparecen todo el tiempo, para consagrar sueños, utopía y esperanza.
Ojala su nieto entienda y preserve la humanidad de elegir otros referentes
Concluyo… prefiero no dedicarle mas tiempo, mejor suscribo a otras imágenes, lo dejo regodeándose en su chiquero… sin saludarlo de ninguna manera
Chiche y yo

miércoles, 16 de febrero de 2011

FABIANI NO ES BUFANO (Marcelo Conti)


En respuesta a la nota publicada en el diario El Argentino del 06/12/2010 “El acusado del secuestro de Haroldo Conti trabaja en la Barrick Gold” donde se afirma que el represor Ruben Osvaldo Bufano miembro del batallón inteligencia 601 sería también Hector Fabiani, desaparecido junto con Haroldo Conti, actuando Bufano como infiltrado o doble agente versión tomada del informe de la Conadep, legajo 77, referido al secuestro de mi padre y basado en declaraciones hechas por el que suscribe y mi hermana a la justicia teniendo como única referencia una fotocopia de mala calidad de una foto de Bufano cuando fuera detenido en 1982 en Suiza por secuestros extorsivos de empresarios llevados a cabo por miembros del aparato represivo de la dictadura con fines de lucro personal.
Justamente cuando se hizo dicho juzgamiento vimos las fotos de Bufano donde claramente quedó demostrado que Fabiani no es Bufano (ver fotos).
Nunca imaginamos que esa primera declaración iba a quedar plasmada en el “Nunca Más”, la solicitud a los responsables de la edición de este libro de aclarar el punto nunca fue tomada en cuenta, como lo testimonia la carta enviada por mi hermana Alejandra Conti al por entonces subsecretario de Derechos Humanos Eduardo Rabossi.
Hector Fabiani para nosotros el Gordo, Chiche para sus seres queridos, y el Moncho o Andrés para otros compañeros fue el responsable político de mi padre en el frente cultural de PRT. Compartí muchos momentos con él de los cuales tengo recuerdos memorables y gratitud por su ayuda. Hector fue además dramaturgo, actor, como queda afirmado por los testimonos que adjuntamos a la nota.
Solicitamos que se difunda la verdad sobre este compañero para tratar de subsanar el involuntario error de haberlo confundido, en un primer momento con alguien tan deplorable.
Marcelo Conti