jueves, 14 de abril de 2011

identificaron los restos de chiche

Derechos Humanos

Identificaron los restos de Héctor Fabiani, desaparecido en El Vesubio

Estaba como NN en una fosa del cementerio de Avellaneda. El Equipo de Antropología Forense les hizo estudios de ADN a sus hermanos y lo reconocieron a comienzos de este año. La semana pasada lo regresaron con su familia. Lo recuerdan como “un hombre absolutamente pacífico y dedicado al arte”
Héc­tor Fa­bia­ni na­ció en 1943 en Ba­hía Blan­ca, pe­ro se hi­zo rio­cuar­ten­se de al­ma cuan­do en la dé­ca­da del ‘60 ins­ta­ló jun­to con su her­ma­no Ro­ber­to y su pa­dre la he­la­de­ría Po­li­chi­ne­la. Des­de nues­tras ca­lles, via­jó por va­rias ciu­da­des ar­gen­ti­nas y re­co­rrió al­gu­nos paí­ses, has­ta que en 1976, du­ran­te el úl­ti­mo gol­pe mi­li­tar, fue de­te­ni­do y de­sa­pa­re­ci­do. Hoy, 35 años des­pués, su fa­mi­lia re­cu­pe­ró los res­tos de Héc­tor, en­con­tra­dos en el ce­men­te­rio de Ave­lla­ne­da.

En diá­lo­go con PUN­TAL, Ro­ber­to Fa­bia­ni, her­ma­no de Héc­tor, in­di­có que el cuer­po fue en­con­tra­do al­gu­nos años atrás, a par­tir de una in­for­ma­ción que sur­gió de par­te del Ejér­ci­to. Héc­tor ha­bía es­ta­do de­te­ni­do en El Ve­su­bio, lue­go de su se­cues­tro de la ca­sa del es­cri­tor Ha­rol­do Con­ti, el 5 de ma­yo de 1976.

“Lo ha­brían he­cho fi­gu­rar co­mo un en­fren­ta­mien­to del 20 ju­nio del ‘76. Pe­ro lue­go hu­bo mu­chos tes­ti­gos que die­ron cuen­ta de que ha­bían sa­li­do li­be­ra­dos de El Ve­su­bio y des­pués ase­si­na­dos”, di­jo Ro­ber­to, quien lue­go ex­pli­có: “Los se­pul­ta­ron en un lu­gar es­pe­cial del ce­men­te­rio, don­de los an­tro­pó­lo­gos ar­gen­ti­nos en­con­tra­ron 336 ca­dá­ve­res, di­vi­di­dos en 19 fo­sas co­mu­nes y 11 in­di­vi­dua­les, en una de ellas es­ta­ba Héc­tor”.

En 2003 les rea­li­za­ron a él y a su otro her­ma­no, Dan­te, una prue­ba de ADN que fue en­via­da a Es­ta­dos Uni­dos. “De allí nos hi­cie­ron es­tu­dios en Cór­do­ba y, al fi­nal, re­sul­tó que los res­tos en­con­tra­dos eran un 99,99% her­ma­nos de Ro­ber­to y Dan­te Fa­bia­ni”, re­la­tó con­ten­to.

Re­cién en ene­ro de es­te año les avi­sa­ron los re­sul­ta­dos, pues pri­me­ro pa­sa­ron por va­rias pe­ri­cias, y la se­ma­na pa­sa­da le en­tre­ga­ron a Ro­ber­to los res­tos de su her­ma­no. En los pró­xi­mos días les es­ta­rá dan­do se­pul­tu­ra en Río Cuar­to pa­ra que fi­nal­men­te des­can­se en paz.

De­di­ca­do a las ta­blas

A Fa­bia­ni lo se­cues­tra­ron jun­to a Ha­rol­do Con­ti, con quien te­nía una bue­na re­la­ción des­de ha­cía años. Des­pués de jun­tar­se con los res­tos de su her­ma­no, Ro­ber­to co­men­zó una re­la­ción de amis­ta­do con Mar­ce­lo Con­ti, hi­jo del es­cri­tor. “Él di­fun­dió a tra­vés de mails la apa­ri­ción de mi her­ma­no y la vin­cu­la­ción que te­nía con su pa­dre”, di­jo y agre­gó: “Allí se ge­ne­ró el con­tac­to con Mas­ca­ró Ci­ne, que te­nía pe­lí­cu­las de la ac­ti­vi­dad cul­tu­ral del PRT, don­de par­ti­ci­pa­ba Héc­tor”.

Con­sul­ta­do por có­mo fue la vi­da de Héc­tor, y có­mo lle­gó al PRT, Ro­ber­to in­di­có que na­ció en Ba­hía Blan­ca, el 2 de ju­nio de 1943. “Allí ha­cía una vi­da nor­mal, no em­pa­ren­ta­da con la po­lí­ti­ca, el mi­li­tan­te en ese mo­men­to era yo”, con­fe­só.

Tras un via­je de Héc­tor a Río Cuar­to, vie­ron la po­si­bi­li­dad de ins­ta­lar una su­cur­sal del ne­go­cio que te­nían en la fa­mi­lia. “Así fue có­mo inau­gu­ra­mos la he­la­de­ría Po­li­chi­ne­la, que co­men­zó a fun­cio­nar en el año 1968”, co­men­tó.

Ya en Ba­hía Blan­ca, Fa­bia­ni ha­bía he­cho al­gu­nos tra­ba­jos de es­ce­no­gra­fía e in­me­dia­ta­men­te lle­ga­do a Río Cuar­to se con­tac­tó con gen­te del mun­do del tea­tro. “Co­men­zó a tra­ba­jar en el Tea­tro Mu­ni­ci­pal pa­ra los dis­tin­tos gru­pos de ese mo­men­to, y a co­mien­zos de los ‘70 se fue a es­tu­diar al Tea­tro Co­lón en Bue­nos Ai­res”, di­jo Ro­ber­to.

Ese año fa­lle­ció un ami­go de él en Cór­do­ba, y co­mo su nom­bre fi­gu­ra­ba en al­gu­nos do­cu­men­tos de es­ta per­so­na, lo bus­ca­ron a Héc­tor. “Lo de­tu­vie­ron en oc­tu­bre de 1970 y que­dó por pri­me­ra vez a dis­po­si­ción del PEN”, in­di­có su her­ma­no.

-¿Có­mo lle­gó a par­ti­ci­par del go­bier­no de Sal­va­dor Allen­de en Chi­le?
-Años des­pués se fue a Pe­rú, don­de se une al gru­po LTL (Li­bre Tea­tro Li­bre), gru­po cor­do­bés de tea­tro com­pro­me­ti­do. Co­men­zó a tra­ba­jar con ellos en una gi­ra por La­ti­noa­mé­ri­ca. Él se fue a Chi­le y co­men­zó a tra­ba­jar con el go­bier­no de Sal­va­dor Allen­de. Cuan­do asu­mió el go­bier­no de­mo­crá­ti­co el 25 de ma­yo de 1973, él vuel­ve en rei­te­ra­das opor­tu­ni­da­des a Ar­gen­ti­na.

-¿Có­mo sur­gió su des­ti­no en Eu­ro­pa?
-En uno de los re­gre­sos a Chi­le, tu­vo la ma­la suer­te de que el via­je coin­ci­dió con el co­mien­zo del gol­pe de Es­ta­do. Des­pués de es­tar va­rios días es­con­di­do, ter­mi­nó en la em­ba­ja­da sue­ca y se fue a Sue­cia. Allá es­tu­vo por va­rios paí­ses de Eu­ro­pa, has­ta su re­gre­so en 1976. Tras unos me­ses, fue cap­tu­ra­do el 5 de ma­yo.

-¿En qué agru­pa­ción mi­li­tó Héc­tor es­tan­do en Ar­gen­ti­na?
-Héc­tor co­men­zó a mi­li­tar con un pe­que­ño gru­po lla­ma­do LAP (Li­ga de Ac­ción Pro­le­ta­ria), pe­ro des­pués, cuan­do en­tró en la cár­cel, se hi­zo mi­li­tan­te del PRT (Par­ti­do Re­vo­lu­cio­na­rio de los Tra­ba­ja­do­res), la par­te po­lí­ti­ca del ERP.

-¿Có­mo lo re­cuer­da a Héc­tor?
-Era un hom­bre ab­so­lu­ta­men­te pa­cí­fi­co y de­di­ca­do al ar­te. Siem­pre es­tu­vo muy in­te­re­sa­do con to­do lo que fue­se cul­tu­ra. In­clu­so era el re­pre­sen­tan­te po­lí­ti­co cul­tu­ral del PRT. Él siem­pre to­mó la de­ter­mi­na­ción de lu­char por su ideal. Era muy tran­qui­lo y vi­vía siem­pre con mu­cho hu­mor.

Cau­sa Ve­su­bio

Es­tá pró­xi­ma a con­cluir la pri­me­ra cau­sa en la que se in­ves­ti­gan los he­chos ocu­rri­dos en el cen­tro de de­ten­ción El Ve­su­bio, que in­vo­lu­cra a más de 150 víc­ti­mas. La muerte de Héc­tor Fa­bia­ni no in­gre­só en es­te ca­so por­que cuan­do se ini­ció no se ha­bían iden­ti­fi­ca­do aún los res­tos. “A Héc­tor le de­vol­vie­ron real­men­te la iden­ti­dad ha­ce po­cos días. Has­ta en­ton­ces, él fi­gu­ra­ba co­mo NN, pe­ro ade­más, no­so­tros es­tu­vi­mos in­da­gan­do en re­gis­tros ci­vi­les co­mo el de Ba­hía Blan­ca, pe­ro han de­sa­pa­re­ci­do to­das las ac­tas de em­pa­dro­na­mien­to, por ejem­plo”, co­men­tó Ro­ber­to.

-¿Se es­tá avan­zan­do en la in­ves­ti­ga­ción de la muer­te de Héc­tor?
-Aho­ra em­pie­za el se­gun­do jui­cio por los he­chos ocu­rri­dos en El Ve­su­bio, pe­ro no sa­be­mos si el ca­so de Héc­tor en­tra­rá en esa cau­sa. No obs­tan­te, res­ta de­ter­mi­nar la iden­ti­dad de mu­chos cuer­pos de las fo­sas, por lo que se es­pe­ra un ter­cer jui­cio a los res­pon­sa­bles del cen­tro de de­ten­ción.

Luis Sch­loss­berg
lsch­loss­berg­@pun­tal­.co­m.ar

martes, 12 de abril de 2011

Aviso.

Hoy, 14 de enero de 2011, al mediodia, alguien se comunica telefónicamente con mi viejo. Yo estoy sentado frente él y bajo el volumen del televisor cuando empieza fruncir el entrecejo de manera inconfundible. El diálogo sigue y al viejo se le entrecorta la voz en cada respuesta y llora. Me dice que es la chica de Antropología y que busque una lapicera para anotar su número. Sólo escucha y no suelta el teléfono y dice gracias y lo repite otra vez. ''Encontraron los huesos de Chiche''...
Y creo que empezará aflojarse el nudo que ahogó la garganta y creo que se naturalizará, por fin, el duelo.
Renzo